La criminalización de Higui es otra de las corporizaciones y cristalizaciones de una realidad que nos indigna a la vez que nos estalla en la cara: en nuestras sociedades hay cuerpos que valen más que otros, hay identidades que merecen más respeto que otras. Higui se defendió de un ataque múltiple y violación grupal; un ataque discriminatorio por motivos de género. Sin embargo, ese es solo uno de los eslabones que Higui tuvo que enfrentar en su vida a causa de la estigmatización.

La estigmatización la siguió padeciendo aún después, también a costas de su propio cuerpo, pero en esta ocasión a causa de un sistema que discrimina y que, antes que escucharla y explicarle los motivos de su procesamiento, la encarceló. Tampoco recibió la atención médica que merecía luego de lo que tuvo que sufrir y que la llevó a defenderse hasta matar a uno de sus atacantes.

En pie de lucha!

La lucha de les compañeres de la diversidad sexual es cada vez más fuerte. Por eso en 2017 logramos su excarcelación, un gran avance en materia de reivindicaciones de los últimos años. Pero también es muestra de que cada vez pisamos más fuerte en un sistema que mantiene la opresión, la estigmatización y la invisibilización de nuestro colectivo. 

Hoy, como desde 2016, pedimos por la absolución de Higui. Por ella, y por todes les que sufrieron y les que tendrán que sufrir en sus cuerpos situaciones similares. No pararemos hasta que no haya une compañere más bajo acusaciones injustas, discriminade, violentade o asesinade.