Son días muy tristes. Que muestran los límites claros que tenemos como Estado, un Estado que debemos fortalecer. Las autoridades sanitarias acaban de confirmar que el periodista falleció tras ser reprimido por la policía de la no ciudad en medio del Obelisco. Ayer, Morena, atacada en una zona peligrosísima de Lanús,

Paremos.

No es momento de echar culpas.

La política no está en condiciones de echar culpas. Mucho menos podemos tirarnos muertes por la cabeza con la excusa de ganar votos.

Somos culpables de no dar soluciones a quienes reclaman más y mejor seguridad. La actuación policial que hoy dejó sin vida a una persona en CABA tampoco es seguridad, es represión y debe ser repudiada. Es una respuesta sangrienta de los monstruos de siempre que no tienen miedo a lo que llaman “costos”: Rafael Nahuel, Santiago Maldonado, son muestras de cómo actúan quienes creen que con discursos altisonantes resuelven problemas complejos cómo garantizar seguridad.

Como país debemos discutir el rol de las fuerzas de seguridad y no podemos patear más la pelota hacia adelante, para que lo resuelvan otros. Porque como vamos, lo que gana es la antipolítica, y la que pierde es la gente.

Están sufriendo quienes siempre sufren, pérdidas de vidas que son de nuestro pueblo. Tenemos la responsabilidad de animarnos a proyectar un Estado presente para salvar esas vidas, la que se perdió ayer, la que se perdió hoy

Todas nuestras condolencias a las familias que perdieron a sus seres queridos.

Y todo nuestro compromiso para trabajar, para militar, para fortalecer un Estado que proteja, sin represión, con prevención y por menos violencias.

Con 40 años de democracia ininterrumpida debemos fortalecer los derechos humanos de ayer y de hoy